domingo, 14 de septiembre de 2008

Chico de mi universidad



No tenía pensando conocer a ninguna persona gay en mi universidad. Apenas sabia que había universitarios gays (tenía una mente muy estrecha, la mente). Yo ya tenía un año estudiando ahí, comenzaba el tercer ciclo y los cachimbos hicieron su aparición. Comenzó la clásica mirada matadora hacia ellos y ante las torpezas de muchos de ellos, yo sólo decía: cachimbos. Nada nuevo para mí. Pero te vi y las antenitas de minil se activaron.


Yo estaba estudiando con algunos amigos en un salón, no te preste demasiada atención y mi mirada orgullosa te espanto. Te acercaste a un amigo para que te ayudara con matemáticas, apenas noté que no era lo tuyo. Era obvio que fácil nunca llevaríamos cursos juntos pero quería conocerte. No me interesaba que no fueras gay y que sólo te tuviera que tratar como un hetero, quería conocerte. Te veía pasar por los pasillos con un grupo muy peculiar y caminando de una manera muy peculiar. Noté después que eras un chico aplicado y que, sobre todo, eras gay.


Por ciertas cosas del destino (errores, putos errores), me atrase un año. A pesar de todo, al igual que tú, al comenzar mi sexto ciclo lleve todos los cursos del cuarto. Como era de esperarse, coincidimos en todos los cursos, pues tu también escogiste a los mejores profesores. Tu nunca me mirabas, pero yo si de reojo. Quería conocerte, ¿cómo? Tenía que confirmar mis dudas y te agregue al msn. Obviamente no a mi msn, sino a uno artificial donde me hacía pasar por otra persona. Me aceptaste rápido y conversamos de inmediato. Terminando las presentaciones y siguiendo una estrategia sobrada. Me hice el interesante contigo (osea, la persona que supuestamente hablaba contigo), era riesgoso pues me podía eliminar, pero no, la estrategia funcionó y entramos en confianza rápido. No sabía como preguntarte si eras gay. Te adelantaste y preguntaste primero. Te dije que si y tu dijiste que también lo eras. Sonreí.


Ahora tenía que descubrir mi verdadera identidad ante ti. ¡Cómo! Tenía miedo de que me rechaces por saber tu secreto. Y así paso. Te pedí tu foto y me la diste a cambio de que yo te enviara una “mía”. Luego del trade te dije la “verdadera razón del cambio”: un amigo mío (yo) que estudia en tu facultad quería conocerte porque quería hacer amigos. Te enojaste como si te hubiera insultado de la peor manera. Me pediste al menos conocer a ese chico. Te pase mi verdadero msn y me agregaste. Me diste un nombre falso (también te sabías como era la cosa) y me preguntaste si era gay, te dije que era bisexual. Te fuiste y no supe más de ti en mi msn. Por el otro msn te pregunte que fue, ¿conociste a ese chico de tu facultad? Si, pero ese pata no me cae. Es muy sobrado, incluso una vez discutí con el. De donde lo conoces? Es tu ex? Te dije que no, que era un buen chico y te mencione todos mis atributos (xD) para convencerte de que no era lo que te imaginabas. Me dijiste que tu eras caleta y no querías conocer a nadie así en tu universidad, además que insinuaste que a mi se me notaba bastante (a ti también, sino basta verte caminar). Decidí no insistir y cerré el msn.

Al día siguiente llegue temprano a clases, esperaba verte pasar por la puerta y cruzar las miradas, ver como reaccionarías o que me dirías (aún tenía la esperanza de que me hablaras). Sólo pasaste me miraste fijamente y seguiste tu camino. Era claro que no te interesaba. Tu sabes que soy gay y yo también se que tu lo eres, ambos sabemos que el otro lo sabe. Entonces se formó una especie de arreglo tácito de no confrontación. Nunca nos dirigimos la palabra. Nunca nos prestamos nada. Nunca me pasaste la lista para firmarla a pesar que podías hacerlo. Nunca me pediste permiso para pasar si te impedía el paso. Nunca te consulté nada a pesar que eras delegado en muchos cursos. Nunca te hable. Siempre me gustaste y aún me gustas pero es sólo eso ahora, un gusto. Yo quise estar con tu amiga, una de tus mejores amigas. No pude por otras razones, pero tu ponías cara de terror cuando me acercaba a ella. Nunca me presentó contigo, tal vez te escapabas. Se que no dijiste nada porque tu miedo sería más grande que tu amistad con aquella chica. Más de un año cruzando miradas, algunas veces coquetas de mi parte y otras esquivas tuyas, pero nunca hablamos. Hasta que llegó la excusa para hablarnos: Investigación de mercados.


El profesor al inicio de curso tenía que formar los grupos de trabajo, eligió dos temas y cada uno tenía que ir al grupo cuyo tema era de su interés. Ambos coincidimos, sólo que tu fuiste en grupo y yo solo. Formamos los equipos de trabajo y me dijiste escribe tu nombre amigo. Claro que sabías mi nombre, claro que sabías quien soy, claro que estaba en tu grupo, pero lo que no fue claro es que tu tono fue natural, cómo si no me conocieras en verdad. En eso me di cuenta del error que estaba cometiendo, tu creías que yo te tenía miedo pues era yo el que no te hablaba, en cambio tu, más canchero, me trataste como si nada. Me sentí ridículo. Yo que creí que tu eras el miedoso, con un solo gesto me revelaste que hasta ahora era yo el que jugaba bajo tu dominio. Yo era el marica.


Tenemos que seguir trabajando juntos, cada uno en su equipo pero ahora sí intento acercarme, aunque tú opongas cierta resistencia. Entendí tu juego. Este ciclo, serás mi amigo (sólo eso por ahora).


2 comments:

Meke dijo...

...estar en los primeros cilos y no saber quien e sgay, bisex, o se hace pasar por uno es una joda. Poco a poco se va conociendo, y cuando descubren a uno y no desean ser descubiertos crean historias sobre abusos, faltas y acosos.


Aunque claro, hay los gays buena onda...hay de todo, como para divertirse en el estres social.



pasala good.

kikitow dijo...

interesante y algo complicado entender ese poder enamorarse de un hombre o una mujer x). Aunque el post ayuda, no lo entiendo por completo, pero a buena hora los que entienden y tienen la capacidad para hacerlo =)