jueves, 26 de marzo de 2009

Joven, usted es homosexual

No me olvidé de escribir. Desde que acepte el nuevo puesto que me ofrecieron las cosas han cambiado bastante, siendo parte de eso el hecho que ya no tenga mucho tiempo, ni para buscar novio. Aunque me haya dado mis escapadas haha. Algo que tenía en mente desde semanas atrás es un suceso que marcó una semana terrible de mi vida. Fue el hecho de no poder ayudar a una persona que lo necesitaba y todo por ser como soy.


Semanas atrás, el hermano de mi madrina fue internado en el hospital del seguro por que le diagnosticaron cáncer terminal y tenían que operarlo. Yo no conocía a aquel hombre, pero toda la familia tenía que ir a donar sangre. Las donaciones se aceptan por las mañanas y yo no podía por el trabajo. Entonces quede en ir el sábado. Ese día me levante tarde y logré llegar faltando poco para que terminará el horario de atención. Me registré y esperé a que me llamaran para los análisis respectivos. Antes de eso, ellos te hacen rellenar un cuestionario donde te preguntan de todo, acerca de enfermedades, patologías, costumbres, incluso sobre tu vida sexual, y lo ideal es que uno sea sincero. Yo lo fui excepto por un detalle. No incluí que soy bisexual. Después una enfermera me llamó y me dijo… Para relatar esto me tengo que remitir a hacia un año atrás.


A principios del 2008 una amiga me pidió que donara sangre para un niño familiar suyo. Yo acepte gustoso aunque algo paranoico por el asunto (típico en mí cuando quiero hacerme el interesante). En ese entonces, rellené el mismo cuestionario pero esa vez no recuerdo si fui totalmente sincero sobre mi sexualidad, porque ellos me negaron la posibilidad de donar por haber tenido un malestar estomacal reciente (bycicle). No recuerdo bien lo que puse en esa cuestionario, pero me dije que no volvería a hacerlo porque fácil no estaba apto por alguna razón. Ahora sí volvamos a lo que paso ese sábado.


La enfermera que se me acercó me dijo que en su sistema salió que yo había sido rechazado antes por dos razones, una de las cuales me explico que era porque soy alérgico a las plaquetas o algo así. Osea no podía. Pero dentro de mí sabía que no debía preguntar por la otra razón, era una especie de corazonada. Lo hice y ella me respondió muy suavemente y a la letra: “Joven, usted es homosexual y no puede donar sangre. Nosotros no tenemos nada en contra de usted, pero el reglamento interno prohíbe que usted pueda donar sangre. En otros países es normal pero aquí en el Perú aún esta prohibido”. Yo me quede pasmado. ¡No recordaba haber declarado eso! Y si lo hice, fue la razón por la que me rechazaron aquella vez. Yo solo atiné a poner cara de sorpresa y proseguí a despedirme amablemente y retirarme del complejo ese (ese hospital es enorme).


Salí de esa sala con un sentimiento de culpa enorme y muchas dudas. Mi principal duda era como ello sabían que soy gay, si es que no lo hubiese declarado aquella vez, ¿habrían visto algo mal en mi sangre?¿tendré algo raro?¿seré muy evidente en mi forma de ser? En cualquiera de los casos, previas consultas, ningún caso es una posibilidad. Los exámenes de sangre para saber si puedes ser donante son muy superficiales y en ningún caso pueden detectar enfermedades, solo escasez de hemoglobina o anemias a lo mucho. Mis pruebas de hemoglobina muestran que estoy bien. Por último, no tengo nada de evidente al caminar ni siquiera al hablar, me considero hombre a pesar que me gustan otros hombres.


Lo más probable es que en toda Latinoamérica existan esos prejuicios legales contra los gays, tontos en realidad porque en los países del primer mundo los heterosexuales son mucho más promiscuos que un gay típico latino. Pero bueno eso es tema de locos. Yo tuve que decirle a mi madrina que no podía donar sangre porque soy alérgico a las plaquetas y porque ese día estaba enfermo (cosa cierta porque estuve mal por varios días después). Por ahora sólo quiero olvidar ese tema.


p.D. Este blog no puede ser visto en el navegador Internet Explorer, no sé porque pero trataré de solucionar el problema lo más pronto posible.

domingo, 1 de marzo de 2009

Discreto y continuo

Desde que tengo uso de razón, es decir, recientemente, he empezado a mirar el mundo desde un ángulo muy diferente al que lo podía mirar antes. Es probable que, usando términos económicos (es imposible no referirme alguna vez a términos así pues estudio esa carrera y es intrínseco a mi personalidad), yo haya vivido antes en términos discretos y, ahora, lo haga en términos continuos. Una vida en tiempo discreto se refiere a que cada etapa de mi vida se presento como una especie de secciones, fácilmente diferenciables y que significaron mucho para mí pues los problemas que conllevaron al fin de cada una de estas etapas tuvieron solución posible: el olvido. Mi vida en tiempo discreto fue más fácil.


Mi vida se clasifica en mi infancia feliz, mi niñez atolondrada, mi adolescencia solitaria y mi juventud gay. Cada parte de mi vida, hasta meses atrás, podía definir un estilo de vida diferente con una actitud diferente. Debo admitir que tuve una infancia muy chevere, pues mis padres estuvieron juntos y tenía todo cuanto podía, a pesar que éramos una familia pobre. Mi niñez tuvo una especie de gusto por lo anecdótico e intrépido, casi siempre me escapaba de mi casa con el fin de conocer la ciudad por mi mismo. Tomar el primer bus que viera y que me lleve hasta su último paradero para después volver caminando e ir conociendo lugares en aquella Lima tan encantadoramente grande era toda una locura, sobretodo cuando descubrí mi fascinación por las construcciones. Como es lógico, aparecí demasiadas veces en los canales de televisión como niño extraviado, y en todas las veces siempre aparecía en mi casa como a la medianoche y con mis padres hecho un mar de desesperación. Probablemente lo hacía para llamar la atención ante los problemas de mis viejos, pero ese no es tema del post.


Al llegar a la adolescencia, cambie de colegio. Empecé a subir de peso y convertirme en un nerd. Pues si, en toda la secundaria fui el mejor alumno de la clase, engreído de la directora y profesores, incluido el de deportes, que nunca osó jalarme. No es una etapa del cual este orgulloso de mencionar, pues era retraído, algo tonto y altanero con muchas personas. Tenía un círculo cerrado de amigos (los cuales mantengo hasta ahora, y son de mis mejores amigos) y no salía mucho a fiestas, menos a la calle. Fue mi etapa de “oscurantismo”, etapa de la cual no me arrepiento pues tal vez no tendría todo lo que tengo ahora, pero si creo que aún estoy a tiempo de recuperar, y lo estoy haciendo.


Al entrar a la universidad todo cambio. Comencé con un nuevo círculo de amigos totalmente heterogéneo y me abrí más al mundo, y este entró con total confianza pues lo quería hacer mucho tiempo atrás y yo no lo dejaba. En la universidad empiezo a dejar de lado mis etapas, olvidándome de mi vida en tiempo discreto y comenzando a vivir una vida en tiempo continuo. Es probable que suene tonto dividir mi vida en estos dos tiempos, que fácil solo sea entendible para aquellos que hayan llevado cálculo diferencial (matemáticas), pero en realidad es una forma de demostrar que aquella ciencia está más pegada a la realidad que cualquier otra (sorry por la apología a las ciencias “exactas”). En la universidad tuve mi primera enamorada, me acosté con un hombre por primera vez y dejé de ser el nerd de la secundaria para ser ahora un raro individuo, un hincha caleta*.


¿Por qué es una etapa continua y no discreta? Son tantos sucesos que pasaron, imposibles de cortarlos por etapas y que probablemente sean difíciles de solucionar. Es más rápido y complicado de creer que alguien que haya tenido y amado a una mujer, sea capaz de sentir lo mismo por un hombre a los pocos meses. ¿Cómo separar el tiempo entre pasar de la introversión a la extroversión si ni siquiera yo me he dado cuenta de cómo paso? A veces creo que fue por presión, pero pensar que ya no tengo límites, y que puedo hacerlo todo (“I want it all”) y que ahora soy una persona capaz de amar sin límites ni complicaciones, me lleva a pensar que no todo está perdido. Tal vez busque novio, pero no cualquier novio. Tal vez ya no divida mi vida en etapas, sino lo tome como un proceso indivisible, que me ayude a ser más organizado y que ahora utilice formas más desarrolladas de solucionar mis problemas (el perdón). Pero de lo que estoy seguro es que un proceso continuo rara vez admite caer en un mismo error, y eso si que lo cumpliré.


*Hincha caleta: típico alumno que tiene pinta de vago y despreocupado, pero que tiene muy buenas notas.