miércoles, 2 de enero de 2008

Ryan (1ra parte)

No soy muy bueno para las fechas. En realidad, es una de las pocas cosas para las cuales no soy bueno (y lo digo con mucha modestia). Supongo que debió haber sucedido entre enero o febrero del 2006, pero como yo trabaje todo el mes de enero debe ser más seguro que haya sido en febrero. ¿O fue marzo? ¡No recuerdo! Y no quiero preguntarle a él tampoco.

Era una tarde de esas, sin algo importante que hacer, entonces me metí al hi5. Revisando mensajes, comentarios, perfiles de chicos guapos. Entre tanto que revisaba encontré su perfil. Linda sonrisa, linda mirada, lindo todo él. Desde el momento que vi por primera vez su rostro me cautivó y, definitivamente, tenía que conocerlo. Era fácil, sólo le envié un mensaje, le pedí su correo y él sólo tenía que contestarme. Y lo hizo. Tan sólo espere un día y él había respondido. Fue muy amable en su respuesta y, obviamente, lo agregue lo más rápido que pude.

Resulta que estaba en linea y me aceptó inmediatamente. Al principio el clásico hola quien eres? y respondí con un hola, soy Anthony, el chico que te pidió tu msn por hi5. Estaba tenso por saber como reaccionaría. Me dijo hola!! Q tal, como stas amio. Me gusto desde el principio. Conversamos un rato de cosas sin importancia pero él se tuvo que ir rápido. Le pedí su número, me lo dio y seguimos conversando por sms. Yo bromeaba y él - como hasta ahora - se picaba con lo que le decía. Debo confesar que agarró confianza muy rápido con las personas (no sé si es un defecto o una virtud) pero con él mucho más.

Como siempre digo –y sé que esto si es un defecto- no soy un buen conquistador. Desde siempre cada vez que trataba de golear a alguien terminaba siendo amigo de esa persona. Debe ser mi personalidad, mala puntería, que se yo. Él también fue siempre muy abierto con sus sentimientos hacia mí, siempre nos decíamos que nos queríamos, como amigos, claro esta. Eran frecuentes los mensajes, sms, correos donde al final terminará con un tqmmmmm, cada uno mas largo que el otro. Todo hasta que llegó el día de conocernos.

Donde? Cómo? Cuándo? Sábado, al mediodía, Miraflores, puerta de Saga. Yo lo espere. Nos encontramos, nos saludamos, y fuimos a caminar. Caminamos por toda la avenida Pardo hacia el malecón donde descansamos. La plática fue variada. Desde sus metas en la universidad hasta sus parejas (que solo había sido una). Yo era diferente aquel entonces. Aún no entraba del todo al mundo gay. No estaba entre mis planes hacerlo. Sólo había ido una sola vez al downtown.

Es conveniente aclarar como era yo en esos tiempos. Muy diferente a como soy ahora. Tenía muchos amigos heterosexuales y muy pocos gays. Tenía un msn huachafo, que era la mitad del nombre de mi correo str8. Los contactos eran, en su mayoría, de mi época bitch. Y yo ya estaba cambiando. Era más serio. No pretendía mezclarme demasiado con los gays. No era parte de mis “planes”. Resultaba hasta cierto punto soberbio y un tanto aburrido.

Hablamos toda la tarde, pero un día antes, los planes no eran los mismos. Él, siempre a su estilo, me insinuaba que quería algo más y yo también, es que me gustaba y mucho! Un chico de 16 años, pasaba a 5to de media, de Chorrillos y de clase media. Yo, un chico de 18 años, pasaba al 3er año de la universidad, de Los Olivos de clase media también. Nótese la distancia entre ambos para posteriores excusas. Parecía que todo en ese día terminaría con un “final feliz”. Seguimos conversando y poco a poco la cosa cambiaba de parecer. No coincidíamos en casi nada. Es más, creo que sus intereses eran totalmente opuestos a los míos, aunque yo siempre he sido tolerante y respeto las ideas diferentes. Me temo que él no. Al terminar la tarde nos despedimos. Yo sentí el ambiente con un aroma a decepción de parte suya. Y así fue. Me dijo que no quería nada por ahora con nadie y yo (siempre con mi maldito orgullo) no podía permitirme salir mal parado, así que le dije que yo también y que chévere conocerlo. Ahí terminó todo. Al regresar a mi casa, le mande un sms de despedida y me contestó diciendo que no era la persona que él esperaba pero que podíamos ser muy buenos amigos. Yo me enoje y le dije no importa, ya veo que siempre estuviste jugando, pues muy bien, chévere, pero yo no puedo ser amigo de alguien así. Me contestó que si esa era mi decisión lo aceptaría pero lamentaba porque no había conocido a alguien que le inspirara tanta confianza para ser, posiblemente, su mejor amigo. No hablamos por un par de días.

Reaccione y le volví a hablar. Supuse que era una confusión mía y decidí que era mejor olvidar esa idea y sólo ser amigos. Nunca logré eso. Desde siempre él me veía como su mejor amigo, me contaba sus citas con otros chicos, sus agarres y todo lo que un par de amigos hacen –en el mundo str8 y gay es lo mismo- pero yo sufría y moría de celos cada vez que me contaba. Pero ¿dos amigos pueden coquetearse y planear como sería si ambos se besan? Parece que si. Mucho tiempo después, cuando nuestra amistad era cada vez más fuerte, nuestras llamadas diarias muy continúas, me reveló su verdadero nombre, me contaba todos sus rollos personales, con su familia, salimos como amigos una segunda vez, hasta que llegó una noche que para mí sería una de las peores que he vivido.