martes, 23 de septiembre de 2008

Ser bi y no morir en el camino

No hay tercera opción. La historia de cualquier persona versa en asumir un rol definido, y claro, sobre su sexualidad. Probablemente a estás alturas del partido ya casi todos tienen definido que tipo de preferencias tienen, osea, si son heteros o gays. Los unos y los otros viviendo en mundos sumamente marcados, y muchas veces excluyentes, donde cada uno vive a su manera sin tratar de hacer daño a nadie. El problema es que ninguno acepta la ambigüedad.


En el mundo hetero, mundo donde hábito mayormente, existe una cierta ignorancia “hipócrita” acerca de las preferencias sexuales. Todos saben que es un gay, la mayoría no se hace problemas pero si obtienen reparos en cuanto al tema de la bisexualidad. Nadie cree posible que a una persona pueda gustarle tanto un hombre que una mujer, creen que ambos gustos son excluyentes, y que detrás de un bisexual se esconde un gay reprimido de contar su verdad. Es cierto que muchas veces tienen razón. Muchas veces un gay incapaz de aceptarse continúa manteniendo relaciones amorosas con una mujer. Lo admito, pero eso no es ser bisexual, eso es una situación que reprime una identidad pues en el fondo él se sabe gay y que sólo le gusta ellos.


En el círculo gay es algo muy parecido pero con matices de exilio. Un bi en el mundo gay es generalmente un activo. Si a eso le sumamos que el bi sólo aparece eventualmente para satisfacer sus necesidades biológicas con un chico que conoce y luego regresa a su vida hetera, lo hace más abominable en el mundo gay. Es cierto que existen estos personajes, pero aún así no significa que todos los bi sean así. Casi siempre un gay rechaza a un bi pues aparece el miedo de ser relegado por una mujer (cuestión de orgullo) o porque muchas veces se adjudica a un bi problemas de identidad. Este personaje puede ser un gay reprimido que sólo tenga una relación “pantalla”, personaje del que no deseo hablar. El bi que yo recreo en mi mente es otro, es el que puede desear tanto a un hombre y a una mujer por igual aunque parezca una locura pensarlo.


Una base para entender esta compleja ambigüedad (que de ambiguo no tiene nada) es que una persona muchas veces es capaz de enamorarse de un ser, de una personalidad, pero no de un sexo. Un bi real es aquel que puede sentirse tan bien como con una mujer y con un hombre (no a la vez), porque simplemente se enamora de la sensación que esta otra persona provoca en él, indiferente del sexo que fuere. Un gay se enamora de un hombre, por múltiples razones conocidas y que entre las principales está el hecho mismo que es un hombre. Para el caso de los heteros es lo mismo pero con una mujer. Un bi no distingue sexos de ningún tipo. Con esto no intento decir que un bi adopta todas los roles sexuales que haya, aún no toco esa parte del tema. Un bi, sea hombre o mujer, traspasa las barreras físicas y concentra sus necesidades de amor en sólo eso, el amor que esa otra persona pueda sentir por él, sea hombre o mujer. No quiere decir que un bi sea un ser superior y mejor en términos prácticos, nada más lejos de mi intención. Sé que es difícil de creer pero existen y me atrevería a mencionar su escasez.


Cómo ya lo dije anteriormente, el bi es encasillado en la categoría top. Aunque a mi parecer, tranquilamente puede ser bottom sin ningún problema. Existen tantas posibilidades ahora de diversificar el placer, que la vieja clasificación queda relegada.


Existe el miedo, real, de la poca estabilidad emocional de un bi. Un día puede desear a ella y al día siguiente a él, en términos superficiales. Es entonces que esos cambios tan “drásticos” se les etiquetan como seres “complejos” (por no decir raros). Se menciona que es una ambigüedad pasajera, que algún día encontrará fin. Ese fin no determina que se deje de ser bi. La fidelidad puede ser tan fuerte como en una relación hetera o gay. El problema es que nadie cree que puedan ser fieles.


Todo esto puede parecer una apología a la bisexualidad. Pues lo es y no lo es. Me interesa que se reconozca una tercera vía que no tiene nada de extraña. Poder enamorarse de una mujer o un hombre (ojo, enamorarse no acostarse) debería ser tan permisible como enamorarse de tan solo uno. No apelo al recurso del amor libre, por sus connotaciones lúdicas, pero si consideró que dentro de toda esa teoría algo hay de cierto.


Se que muchas personas a pesar de todo esto rechazarán el post, pues conservarán su posición “anti bi”, posición que respeto pero, obviamente, no compartó, pues se que no estoy equivocado y menos confundido. No cometo pecado y no hecho daño a nadie siendo así. Jamás he engañado a nadie, pues todos quienes me conocer saben que soy bi (el nombre del blog hace referencia a eso). No es una opción, es lo que es.  

domingo, 14 de septiembre de 2008

Chico de mi universidad



No tenía pensando conocer a ninguna persona gay en mi universidad. Apenas sabia que había universitarios gays (tenía una mente muy estrecha, la mente). Yo ya tenía un año estudiando ahí, comenzaba el tercer ciclo y los cachimbos hicieron su aparición. Comenzó la clásica mirada matadora hacia ellos y ante las torpezas de muchos de ellos, yo sólo decía: cachimbos. Nada nuevo para mí. Pero te vi y las antenitas de minil se activaron.


Yo estaba estudiando con algunos amigos en un salón, no te preste demasiada atención y mi mirada orgullosa te espanto. Te acercaste a un amigo para que te ayudara con matemáticas, apenas noté que no era lo tuyo. Era obvio que fácil nunca llevaríamos cursos juntos pero quería conocerte. No me interesaba que no fueras gay y que sólo te tuviera que tratar como un hetero, quería conocerte. Te veía pasar por los pasillos con un grupo muy peculiar y caminando de una manera muy peculiar. Noté después que eras un chico aplicado y que, sobre todo, eras gay.


Por ciertas cosas del destino (errores, putos errores), me atrase un año. A pesar de todo, al igual que tú, al comenzar mi sexto ciclo lleve todos los cursos del cuarto. Como era de esperarse, coincidimos en todos los cursos, pues tu también escogiste a los mejores profesores. Tu nunca me mirabas, pero yo si de reojo. Quería conocerte, ¿cómo? Tenía que confirmar mis dudas y te agregue al msn. Obviamente no a mi msn, sino a uno artificial donde me hacía pasar por otra persona. Me aceptaste rápido y conversamos de inmediato. Terminando las presentaciones y siguiendo una estrategia sobrada. Me hice el interesante contigo (osea, la persona que supuestamente hablaba contigo), era riesgoso pues me podía eliminar, pero no, la estrategia funcionó y entramos en confianza rápido. No sabía como preguntarte si eras gay. Te adelantaste y preguntaste primero. Te dije que si y tu dijiste que también lo eras. Sonreí.


Ahora tenía que descubrir mi verdadera identidad ante ti. ¡Cómo! Tenía miedo de que me rechaces por saber tu secreto. Y así paso. Te pedí tu foto y me la diste a cambio de que yo te enviara una “mía”. Luego del trade te dije la “verdadera razón del cambio”: un amigo mío (yo) que estudia en tu facultad quería conocerte porque quería hacer amigos. Te enojaste como si te hubiera insultado de la peor manera. Me pediste al menos conocer a ese chico. Te pase mi verdadero msn y me agregaste. Me diste un nombre falso (también te sabías como era la cosa) y me preguntaste si era gay, te dije que era bisexual. Te fuiste y no supe más de ti en mi msn. Por el otro msn te pregunte que fue, ¿conociste a ese chico de tu facultad? Si, pero ese pata no me cae. Es muy sobrado, incluso una vez discutí con el. De donde lo conoces? Es tu ex? Te dije que no, que era un buen chico y te mencione todos mis atributos (xD) para convencerte de que no era lo que te imaginabas. Me dijiste que tu eras caleta y no querías conocer a nadie así en tu universidad, además que insinuaste que a mi se me notaba bastante (a ti también, sino basta verte caminar). Decidí no insistir y cerré el msn.

Al día siguiente llegue temprano a clases, esperaba verte pasar por la puerta y cruzar las miradas, ver como reaccionarías o que me dirías (aún tenía la esperanza de que me hablaras). Sólo pasaste me miraste fijamente y seguiste tu camino. Era claro que no te interesaba. Tu sabes que soy gay y yo también se que tu lo eres, ambos sabemos que el otro lo sabe. Entonces se formó una especie de arreglo tácito de no confrontación. Nunca nos dirigimos la palabra. Nunca nos prestamos nada. Nunca me pasaste la lista para firmarla a pesar que podías hacerlo. Nunca me pediste permiso para pasar si te impedía el paso. Nunca te consulté nada a pesar que eras delegado en muchos cursos. Nunca te hable. Siempre me gustaste y aún me gustas pero es sólo eso ahora, un gusto. Yo quise estar con tu amiga, una de tus mejores amigas. No pude por otras razones, pero tu ponías cara de terror cuando me acercaba a ella. Nunca me presentó contigo, tal vez te escapabas. Se que no dijiste nada porque tu miedo sería más grande que tu amistad con aquella chica. Más de un año cruzando miradas, algunas veces coquetas de mi parte y otras esquivas tuyas, pero nunca hablamos. Hasta que llegó la excusa para hablarnos: Investigación de mercados.


El profesor al inicio de curso tenía que formar los grupos de trabajo, eligió dos temas y cada uno tenía que ir al grupo cuyo tema era de su interés. Ambos coincidimos, sólo que tu fuiste en grupo y yo solo. Formamos los equipos de trabajo y me dijiste escribe tu nombre amigo. Claro que sabías mi nombre, claro que sabías quien soy, claro que estaba en tu grupo, pero lo que no fue claro es que tu tono fue natural, cómo si no me conocieras en verdad. En eso me di cuenta del error que estaba cometiendo, tu creías que yo te tenía miedo pues era yo el que no te hablaba, en cambio tu, más canchero, me trataste como si nada. Me sentí ridículo. Yo que creí que tu eras el miedoso, con un solo gesto me revelaste que hasta ahora era yo el que jugaba bajo tu dominio. Yo era el marica.


Tenemos que seguir trabajando juntos, cada uno en su equipo pero ahora sí intento acercarme, aunque tú opongas cierta resistencia. Entendí tu juego. Este ciclo, serás mi amigo (sólo eso por ahora).


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Estoy nervioso

Apenas lo conozco hace unas semanas. Me parece simpático, agradable, un poco loco, odia a los emos (yo no los odio pero me gustan las converse). Me preguntó si yo era emo. No lo soy obviamente. Fiel a mí estilo jugué como si en verdad lo fuera y que pasaría si fuera verdad. Dijo que podría haber problemas pues él los odia a morir. Terminé el juego pues se la estaba creyendo. Quedamos en salir hoy por la tarde.

Hoy por la tarde saldré con Ryan (si, el protagonista de un post anterior; aunque no lo crean hoy somos muy buenos amigos), es su cumpleaños e iremos a tomar un café y charlar como hace mucho que no lo hacemos. Le conté sobre mi salida con este chico, le dije que vive en Huacho y que solo vendría a Lima para conocernos, aprovechando que viene de compras. Le explique también las intenciones que tenía conmigo. Ryan ya no se espantaba como antes, pero me dijo que si yo estaba feliz haciendo eso, el también lo estaba, y más si le contaba los detalles! Le dije además que saldría con este chico antes de nuestro café, pero que llegaría a tiempo, algo cansado (tal vez), pero a tiempo.

A tiempo estoy de cancelar la cita. Desde que término mi época “bitch” no he vuelto a estar con alguien a menos que hubiese un sentimiento de por medio. Si me gusta este chico, pero su proposición me hizo acordar a aquellas de años atrás.

Años atrás me encontraba con algunos “arrechos” personajes para pasar un buen rato. Años atrás que deje de hacerlo. Hoy me tienta la idea. Acabo de terminar una relación y no quiero comenzar otra, menos con alguien que vive lejos de Lima. Yo se que le gusto, cuando hablamos me lo ha demostrado, pero aún no nos hemos visto en vivo y en directo. Él también me parece lindo, sólo que un poco excitante. Su cumpleaños es en una semana y quiere “eso” de regalo. Suena vulgar pero que alguien te diga eso te incita al pecado. ¡Demasiado! Nos tenemos que encontrar en el Kennedy y, según palabras de él, conocernos y ver luego que pasa. No debo hacerlo, ya no soy un chibolo para tener aventurillas por ahí. Estoy nervioso.


domingo, 7 de septiembre de 2008

Había una vez un blog gay... abandonado


Hace más de cuatro meses que no posteo. Existen muchas razones para los cuales ya no podía hacerlo, casi en realidad porque no quería. No quería no porque no tenía ganas de hacerlo, no quise seguir haciéndolo a presión y quise tomar un break. Bueno, el break me duró mucho. Miles de cosas me han pasado en todo este tiempo. Muchas de ellas con mi vida hetera, pero aquí solo contaré las que se relacionan con mi vida G, ¡y vaya que fueron varias!


Quise estar con una chica, quise darme una oportunidad con ella, volver a sentir ese sentimiento tan hermoso, pero esta vez no ocultarlo. Es tan difícil tener que resistir la tentación de besar a alguien sólo porque es de tu mismo sexo. Ok yo mismo me reprimo, pero que puedo hacer si mi vida depende únicamente de mi vida hetera, mi vida G aún se esconde rezagada, esperando que llegue un sábado por la noche para salir a la luz. Muchos ya estarán notando que estoy empezando a decidirme más por una vida homosexual que bisexual, pero estoy empezando esta etapa, que, siguiendo mi tradición, tendrá unj final, a menos que encuentre un amor.


Intente enamorarme de ella pero no pude. Bueno, admito que mi estrategia no fue buena y término aburriéndose la chica, pero ¡hace mucho que no goleaba a mujeres! Got me. Buena parte de este tiempo me dedique a mi vida hetera. Mejore mis notas, no iba tan seguido a la disco (el DT para variar, aunque el jueves pasado fui al Sagi, es que andaba medio mareado y el DT no pagaba), caí en la garras del alcohol (no soy borracho, lo juro por mi etiqueta roja xD)y comenze a escribir en dos blogs totalmente diferentes, uno de economía (mi carrera9 y otro personal (¡no lo lean!). Ellos lograron opacar mi interés por este blog, mi primogénito y al cual hoy decidí volver.


¿Qué me inspiró a volver? Muchas cosas. La primera razón es que un muy buen blog, Busco novio gay, me atrajo con sus historias y me hizo hechizar de nuevo por esa manía que tengo de contar mis cosas, y que mejor que por un blog, anónimo por cierto. La otra razón es que me sirve de terapia, pues, aunque no parezca, acabo de terminar una relación, que nunca debió empezar., pero tampoco debió terminar así. Fue horrible, para mí no mucho sino por él. Le hice una perrada que ni yo creí capaz de hacer. No acostumbro arrepentirme de las cosas que hago, pero esto merece una justa excepción. No quiero extenderme pues esto requiere un post para el sólito.


Ahora tendré tres blogs, cada uno muy diferente al otro, pero que todos me sirven de catarsis para la complicada vida que llevo (o debería decir dos vidas que llevo). Me gusta mi vida hetero, también mi vida G, ahora más que nunca, no quisiera mezclarlas nunca, pero me parece que ese momento esta muy pronto en llegar, el momento en que la verdad llegue a la luz y todos sepan quien soy en realidad.